No estoy enferma, estoy de duelo
El duelo no es una enfermedad. El duelo no es un problema de salud mental. ¡No existe un diagnóstico real y ciertamente no existe una cura! Una nueva viuda no puede simplemente ir al consultorio del médico y pedir una receta para aliviar su dolor. El duelo no es una dolencia o discapacidad obvia que pueda diagnosticarse fácilmente. Nadie puede mirarle y decir: "¡Oh, ella tiene pena!". Simplemente no es como la gripe o una pierna rota.
No existe una cura mágica para el duelo, aunque existen muchas estrategias que pueden resultar útiles cuando se enfrenta al dolor y la pérdida. La buena noticia es que, si bien no es realmente una afección diagnosticable, definitivamente hay síntomas observables. Y aunque no existe una cura real, definitivamente existe una curación.
Hasta ahora, tenemos una idea bastante clara de lo que NO es el duelo, pero ¿qué ES? La Dra. Anet Varghese dice lo siguiente:
El duelo es la angustia que se experimenta después de una pérdida importante, generalmente la muerte de una persona querida. El duelo a menudo incluye angustia fisiológica, ansiedad por separación, confusión, anhelo, obsesión por el pasado y aprensión por el futuro. El duelo intenso puede poner en peligro la vida debido a la alteración del sistema inmunológico, el abandono de uno mismo y los pensamientos suicidas.
Angustia intensa, aflicción, confusión, obsesión por el pasado, preocupación por el futuro, abandono de una misma y tal vez incluso depresión. ¿Algo de esto le suena familiar? Si bien el duelo no es realmente una enfermedad o una dolencia, si no se procesa y se entierra en su corazón, ¡definitivamente puede llevarle a esa condición!
Es por eso que en Refocusing Widows tenemos la intención de ayudar a las viudas a recuperar el aliento después de esta profunda pérdida de un cónyuge. Brindamos una comunidad que permite a las mujeres hablar sobre los sentimientos y emociones que están experimentando. Normalizamos las cosas para ellas y las ayudamos a encontrar aceptación, un lugar para compartir sus corazones y relaciones honestas que les brinden atención y apoyo cuando más lo necesitan.
Un día me encontré con una frase que se me quedó grabada en la mente:
“Actúe como una persona sana que está en duelo”. –Fuente Desconocia
¡Esto es muy diferente a actuar como una persona afligida que lucha por estar saludable! Muchas de nosotras nos hemos encontrado en este segundo papel, para nuestra consternación. A veces, el dolor es tan abrumador que nos cuesta simplemente mantener un pensamiento coherente en nuestra mente o tomar las decisiones más simples. Hay esos días en los que sentimos que es agotador incluso preparar el café de la mañana y sacar al perro... pero seguimos intentando estar sanas... o al menos PARECER que estamos sanas.
¿Qué podemos hacer para pasar a la primera categoría: personas sanas que están en duelo? Esto sucede cuando cambiamos nuestro enfoque. Dejamos de mirar todo lo que hemos perdido y todo lo que ya no tenemos. Nos volvemos intencionales en no insistir en el pasado y en lo que solía ser la vida. Empezamos a centrarnos en lo que todavía tenemos, las pequeñas chispas de alegría que aparecen de vez en cuando y las posibilidades que la vida aún podría tener para nosotros.
Hay tres estrategias que son particularmente útiles para pasar de un enfoque a otro. La primera es generar gratitud, de manera intencional y decidida, tomando decisiones para estar agradecida. Llevar un diario de gratitud puede ser una herramienta maravillosa para documentar todas esas cosas con las que somos bendecidas cada día de nuestras vidas.
La segunda forma de sanar es convertirse en una cuidadora, no en una relación de codependencia sólo para ocupar nuestro tiempo. ¡Pero cuidar de alguien o algo, incluso una mascota o un jardín! Tener algo o alguien a quien cuidar le da propósito y significado a la vida y desvía nuestra atención de nuestra propia pérdida. ¿A quién podría asesorar en una habilidad o habilidad que tiene en sus manos?
La tercera forma de sanar su corazón y resolver su dolor es comenzar a servir a los demás. Estadísticamente, se ha demostrado que servir es el camino más eficaz hacia la recuperación del duelo. Entonces, ¿dónde podría servir? ¿Su iglesia? ¿Su comunidad? Tómese el tiempo para investigar oportunidades de voluntariado. Están por todas partes a su alrededor. No sólo ayudarán a satisfacer las necesidades de los demás, sino que llenarán sus días con un propósito y le ayudarán a vivir en abundancia en esta temporada.
En Juan 21:16 encontramos este mandamiento: "Jesús dijo: 'Cuida mis ovejas'". Para mí, esto suena muy parecido a la otra pregunta que le hicieron: "Señor, ¿quién es mi prójimo?" Si hoy le hiciéramos esa pregunta, su respuesta sería la misma. Él estaría diciendo: “Mira a tu alrededor, querida. Dondequiera que miréis hay quienes no Me conocen. Llevan mi amor y son Portadores de Luz en su oscuridad. Cuida de Mi rebaño; Ama a tu prójimo."
A medida que pasamos de centrarnos en nuestras pérdidas y confusión a nuestras bendiciones y oportunidades, descubriremos gradualmente que los días ya no están continuamente llenos de dolor. Es posible que a veces todavía surjan lágrimas, pero nuestros corazones sanarán, el gozo regresará y el propósito llenará nuestros días.
Mi desafío para usted es reenfocar su pensamiento. Explore las oportunidades que tiene ante usted. Encuentre personas a quienes amar y lugares para servir, ¡y se encontrará trabajando junto al Maestro! Como siempre, sus pensamientos y comentarios son bienvenidos aquí o puede enviarme un correo electrónico a sheryl@freshhope.us. Si está buscando un nuevo propósito y un camino para seguir adelante, considere unirse a uno de nuestros grupos de Refocusing Widows, ya sea en persona o en línea. ¡Esperamos contar con su presencia!
1 Comentarios
Very helpful article, thank you very much. I’ve been through all this. The best thing It has helped me to help other people in mourning or in dificulte situations in their lives.