ATRATADA EN EL BUCLE

¡Hoy mis pensamientos se atascaron en un bucle! "Dando vueltas y vueltas, ¡nadie sabe dónde se detiene!”.  Esta vieja cancioncilla me vino a la mente mientras pensaba en qué escribir en esta publicación... ¡y no podía deshacerme de ella! Entonces, me tomé un momento para buscar el origen. (¡Realmente PUEDES encontrar cualquier cosa en Internet!) Parece que esto puede haberse originado con carnavales o actos de vodevil (cierto tipo de entretenimiento) y se usó para describir cualquier variedad de juegos de azar o comportamientos arriesgados, ¡como lanzar cuchillos!

Hay un principio espiritual sutil que debemos observar aquí. ¿Alguna vez ha tenido un “momento aha” y se dio cuenta de que sus pensamientos daban vueltas y vueltas y no conducían a ninguna parte? ¡A veces se siente como un carrusel! ¡Su cerebro se ha subido a uno de esos caballos pintados, corriendo en círculos, sin ir a ninguna parte, pero siempre recorriendo el mismo territorio y llegando a la misma conclusión!

En un devocional diario llamado “Jesús te llama”, recientemente leí lo siguiente:

“Ensayar tus problemas da como resultado experimentarlos muchas veces, mientras que estás destinado a pasar por ellos solo cuando realmente ocurren. ¡No multipliquéis así vuestro sufrimiento! Te fortaleceré y te prepararé para este día, transformando tu miedo en confianza segura”.

Este fue un nuevo pensamiento para mí. Cada vez que ensayo la misma situación en mi cerebro están sucediendo varias cosas. Primero, ese patrón de pensamiento está surcando un camino en mi cerebro que se vuelve más arraigado cuanto más a menudo recuerdo la situación, la conversación, la experiencia. Y segundo, si fue una experiencia dolorosa, ¡el dolor se repite cada vez que tomo este camino de pensamiento porque los recuerdos se almacenan con emociones! Al pensar en algo una y otra vez, estoy aumentando la cantidad de dolor y sufrimiento emocional que experimento, ¡algo que Dios no quiere para mí!

Para aquellas de nosotras que somos viudas, esto se vuelve particularmente relevante. Tendemos a revivir (o volver a contar) esos últimos meses, semanas, días o momentos finales con nuestros cónyuges. Un día después de que Dave se fue, se me ocurrió que Dios nunca tuvo la intención de que experimentáramos la muerte. Fuimos creados originalmente para la vida eterna. Pero la Biblia nos dice que cuando entró el pecado, entonces entró también la muerte… muerte tanto del espíritu como del cuerpo. Por lo tanto, a menudo nos encontramos pensando y reviviendo el momento más doloroso de nuestra vida una y otra vez, experimentando la muerte muchas más veces de las que deberíamos. ¡En efecto, prolongamos nuestro sufrimiento!

Mientras pensaba en esto, me preguntaba por qué tiendo a revivir esos últimos días con Dave. ¡Aunque sé que está con el Señor, recordar ese momento de su muerte no me lleva a un lugar de gozo! Generalmente se acompaña de sentimientos de tristeza, pérdida, trauma y dolor. Entonces, ¿por qué tendemos a morar en este lugar? ¿Esperamos un final diferente para la historia? ¿Estamos simplemente tratando de aferrarnos a su memoria? ¿Cómo entro en el ciclo para cambiar la narrativa que es parte de mi historia?

Hay un procedimiento médico interesante que demuestra este concepto de una manera muy práctica. Se llama ablación cardíaca y se usa para interrumpir y redirigir el impulso eléctrico en el corazón que le indica que palpite. Este procedimiento a menudo se realiza cuando alguien sufre de arritmia. El electrocardiólogo de Dave me lo explicó en términos simples como un "trabajo de soldadura en el corazón". El grupo específico de células que produce el impulso al corazón no emite la señal correctamente. Por lo tanto, el corazón comienza a latir cada vez más rápido, lo que a veces provoca la muerte. Una ablación cardíaca le permite al cirujano identificar el grupo de células errantes y crear tejido cicatricial que rompe el circuito, lo que permite que los latidos del corazón vuelvan a la normalidad.

¡Creo que a veces se me hace necesario permitirle a Dios que cree un tejido cicatricial saludable en mis recuerdos! Hay muchas escrituras acerca de nuestros pensamientos, incluyendo II Corintios 10:5 que nos instruye a llevar cautivo todo pensamiento. Cuando nos sorprendemos pensando en nuestra pérdida y reviviéndola una y otra vez, podemos interrumpir esa señal y redirigir nuestros pensamientos. Filipenses 4:8 nos da una maravillosa lista de cosas en las que podemos elegir pensar en su lugar.

La conclusión de esta conversación es que necesitamos ser definidas por nuestro presente, no por nuestro pasado. Podemos pasar el resto de nuestra vida pensando en lo que hemos perdido, o podemos abrir nuestro corazón a lo que Dios todavía tiene por delante para nosotros. Esto es cierto cuando venimos a Cristo para la salvación, y también es cierto cuando venimos a Él con nuestra pérdida. ¡Le animo hoy a que permita que Él interrumpa su sufrimiento, cambie sus patrones de pensamiento y comience a hacer todo nuevo para usted!

 

Como siempre, sus pensamientos y comentarios son bienvenidos. Pueden contactarme a través de sheryl@freshhope.us

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