El Toque Sanador
¿Qué sucede cuando perdemos uno de nuestros cinco sentidos? (¿Recuerdas: el oído, la vista, el olfato, el gusto, el tacto?) ¡Es una pregunta científica muy interesante! En los últimos años, los estudios han demostrado que el cerebro está conectado de tal manera que se asignan áreas específicas a sentidos específicos. Cuando perdemos un sentido, por ejemplo, la vista, esa sección del cerebro queda disponible y se puede reasignar a otras tareas sensoriales. Esto explica por qué una persona ciega suele tener una capacidad auditiva u olfativa aumentada.
¿Sabía que el tacto es uno de los primeros sentidos que desarrolla un bebé? ¿Qué bebé no se tranquiliza cuando su madre lo sostiene y lo consuela? A medida que nos convertimos en adultos, el tacto sigue desempeñando un papel importante para ayudarnos a sentirnos amados, protegidos, tranquilos y cuidados. Los estudios han demostrado que nuestra salud física, emocional y mental se ven profundamente afectadas por la calidad y la cantidad del tacto que damos y recibimos.
Quizá se esté preguntando: "¿Cuáles son los beneficios del tacto?" Algunos estudios han demostrado que el contacto adecuado puede reducir las hormonas del estrés, promover la relajación y disminuir nuestra ansiedad. Ese contacto puede consistir simplemente en una palmadita en la espalda o un toque en el hombro, pero puede servir para mejorar nuestro bienestar general y nuestra calidad de vida.
¿Recuerda aquellos estudios sobre orfanatos de Rumanía de los años 90? Esa investigación demostró que los bebés que no recibían un contacto significativo como parte de su cuidado no prosperaban, lo que nos demuestra que el contacto cariñoso es esencial para el desarrollo y una vida saludable.
Las investigaciones han demostrado que el tacto puede calmar nuestro centro nervioso, ralentizar el ritmo cardíaco, reducir la presión arterial y ayudar a fortalecer los vínculos emocionales en las relaciones. La depresión disminuye y los niveles de estrés y ansiedad se reducen. Las tomografías por emisión de positrones han demostrado que el cerebro se tranquiliza cuando se toma la mano de una persona, especialmente si se trata de la de un ser querido. Sorprendentemente, incluso nuestro sistema inmunológico y nuestra capacidad para combatir las enfermedades se rigen por el tacto humano.
La mayoría de las viudas estarían de acuerdo en que les falta un contacto significativo en sus vidas. Esa persona que solía abrazarlas y tomarles la mano ya no está con ellas. Si son bastante mayores, es posible que vivan en una situación en la que la familia no está cerca y nadie les expresa realmente su afecto. ¿No es de extrañar que puedan luchar contra la soledad y la depresión y, finalmente, no prosperen? Con demasiada frecuencia, simplemente renuncian a vivir y se desvanecen lentamente, ¡debido en parte a esta enorme necesidad que podría satisfacerse fácilmente! Una vez escuché a alguien decir que necesitamos siete (7) abrazos por día para sentirnos "bien". Deténgase un momento y piense. ¿Recibes tantos abrazos o toques significativos todos los días?
En el libro de Santiago en el Nuevo Testamento, se nos dice que pongamos las manos sobre los enfermos y oremos por ellos, y se recuperarán. ¡Tal vez una parte de esa sanación provenga del mero hecho de que haya contacto humano y expresión de cariño! Al seguir a Jesús a través de Su ministerio, vemos con qué frecuencia tocaba a quienes necesitaban sanación... especialmente a aquellos rechazados por su comunidad. El contacto era tan importante para Él que sabía inmediatamente cuando alguien con fe para la sanación lo tocaba.
No es nada raro que una viuda tenga algún problema físico o de salud importante durante el primer año después de la muerte de su marido. Según lo que acabamos de leer, parte de esto podría deberse al hecho de que ahora vive sola con un nivel de interacción y contacto humano mucho menor del que conocía anteriormente. Puede que se esté recuperando de un período intenso de cuidados y su propio sistema inmunológico puede estar comprometido. Si esto es tan importante, nuestra próxima pregunta podría ser: "¿Cómo aumentamos el contacto en nuestras vidas?".
Una posibilidad que respalda la Clínica Mayo es tener una mascota. Ahora bien, puede que esta no sea la respuesta para todos, pero se ha demostrado que las mascotas son beneficiosas de las siguientes maneras:
- Alivian la soledad haciéndonos compañía y dándonos alguien con quien hablar.
- Nos hacen reír con sus divertidas payasadas, levantando nuestro estado de ánimo y reduciendo el estrés.
- Nos brindan consuelo durante los momentos emocionalmente difíciles.
- Nos alientan a hacer ejercicio, salir al aire libre, salir a caminar.
- Nos brindan una rutina y un propósito.
- Mejoran nuestras conexiones sociales. ¿Quién no quiere acariciar a su cachorro?
- ¡Proporcionan todo tipo de contacto! Acariciar, acicalar, pasear, dormir en su cama, acurrucarse a su lado en el sofá. Estas demostraciones de su conexión con usted traen todo tipo de beneficios para su salud y su sistema inmunológico.
Si tiene la suerte de tener a su familia cerca, pase tiempo jugando con los más pequeños. ¡Siempre son geniales para abrazarlos y tomarlos de la mano! ¡Y no olvide abrazar a sus hijos y nietos adultos! Los abrazos cuentan, ya sea que los dé o los reciba, todo se trata del contacto y la conexión humana.
Lo que nos lleva a otro aspecto de este asunto del tacto. ¿Qué tal si usted es un poco más intencional al acercarse a tocar a otras personas? Puede tener un papel en brindar consuelo y aliento simplemente dándole una palmadita en el hombro a alguien o tomándole la mano por un momento. Cuando alguien está sufriendo o luchando, tal vez pueda ser usted el primero en DAR el abrazo (¡Cuidado!: ¡asegúrese de que sea bien recibido primero!)
Si bien puede que no esté hablando directamente del tacto, Jesús nos da una imagen de estar sostenidos por la mano del Padre en Juan 10:28-29.
“Yo les doy vida eterna y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar.”
Si hoy se da cuenta de que echa de menos las conexiones que trae el contacto, deje que este pasaje bíblico penetre profundamente en su corazón. Dios le sostiene con seguridad en su gran mano, y ese contacto es el más significativo de todos. Mientras tanto, piense en formas en las que puede aumentar el nivel de contacto en su vida diaria. ¡Puede que descubra que los beneficios valen la pena!
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